"A veces soy feliz a lomos de un verso indomable, y otras veces mi piel es un lugar inhabitable"
viernes, 19 de enero de 2018
Hoy quiero rajar.
No me andaré con rodeos, ni haré que tengáis que descifrar mensajes entre el caos que normalmente orbita mis palabras. Hoy quiero ser clara, hoy quiero verter veneno, hoy quiero rajar.
Así que antes de nada, dejo claro que lo que aparece a continuación no es nada de mis creaciones literarias, solo soy yo cabreada.
Empiezo con una pregunta sencilla: ¿Cuál es vuestro criterio? No, en serio, ¿Cuál es? Necesito que me respondais a esta pregunta porque estoy un poco hasta los ovarios de ver como gente con talento se queda en nada, porque vosotros preferís mierda. Mierda a raudales y cuanta más, ¡mejor!
Veamos, (o mejor, hacedme ver), en qué momento voces increíbles, con un registro amplio y un timbre único, se ven remplazadas por cosas tan mediocres como..."no eresh tú, no eresh tú, soy yo, SOY YO". Pues claro que eres tú, gilipollas. Tú y los cientos de miles, millones que respaldan tu arte.
A ver, a ver, quede claro que cada estilo de música es, bajo mi punto de vista, aplicabe a según que situación. Evidentemente, de fiesta, este tipo de música pega y no está mal. El problema viene cuando se generaliza, y toda la música real, la que es arte, pasa a ser... ¿nada? O lo que es peor, desencadenante del postureo:
-No, es que yo escucho de todo.
-Ah, ¿sí? dime un ejemplo.
-Muse.
-¿Y qué opinas de su último albúm?
-Pues a mi me gustaba la canción de Crepus...
Ñe. Paro ya porque me vuelvo loca.
Lo que he dicho de la música, es aplicable a la escritura, y a otras artes. Sin embargo, voy a extenderme un poco en la literatura, ya que me toca de cerca.
Para ello, voy a hablar de Instagram , nuevo foco de mierda a borbotones que, sin embargo, gusta. Os pongo un ejemplo:
Hoy me desperté y vi luz en tu rostro,
Pensé que era el Sol entrando por la ventana,
Pero quien brillaba,
eras tú.
¡¡¡¡¡OOOOOOOHHH SIIIII BEBÉS!!! Una publicación de este estilo tendría 40000 likes y comentarios a radiar. Espera, que lo hago aún mejor:
No tengas en cuenta lo que te digan.
Tú vida es tuya.
Sonríe y vívela.
Ahí. Cosas simples, directas, ESO es lo que gusta. Algo que podría haber escrito hasta tu hermano pequeño haciendo un trabajo del colegio. ESO gusta. ESO da likes. ESO da comentarios. ESO publica.
Bueno, miento. Si que es cierto que hay grandes artistas respaldados por editoriales y gente que les sigue pero, por desgracia, son los menos. Cuento con los dedos de una mano los escritores que, para mí, que soy NADIE, llegan al nivel que creo necesario para que sean considerados como tal. Por la contra, sigo a algunas cuentas que no son famosas y que me trasmiten mil veces más que los que tienen libros publicados y personas detrás, que mojan sus paños menores al leerlos.
Llegados a este punto, mirando al papel, a un insturmento musical, o al bote de pinturas que tienes en casa, surge la pregunta:
¿Fracasar y la excelencia; o intentar triunfar y la mediocridad?
(Con esto no quiero decir que ser mediocre implique triunfar, pero sí lo hace más fácil. Y a la inversa, la excelencia no siempre lleva consigo el fracaso, pero sí en la mayoría de los casos)
By the way, yo hace años que he elegido. Esto lo escribo por ti, que sé que te paseas por aquí, de vez en cuando, con la indecisión entre manos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo el mundo miente