Soy feliz.
Llevo ya unos
cuantos días siendo feliz.

No veo
tristeza ni en el hecho de saber que los buenos escritores viven de miradas
perdidas en un mundo gris, y sueños a medio romper mientras caen al vacío. Lo cierto es que no me apetece pedir perdón por
haber dejado al papel sin querer y que ahora, celoso, solo pueda mirarme
mientras invierto mi tiempo con otro. No lo haré, ni siquiera sabiendo que he
dejado atrás miles de páginas en blanco, desnudas de frases y sin la compañía
de esos monstruos con los que solíamos ir a dormir. ¿Sabes? Ahora que el mundo brilla, aún si duermo
sola, lo hago feliz. Oh, y salgo a correr por correr y no por curar, hago de la
noche un lugar de juego y no de ajedrez contra los miedos; abro los ojos para
disfrutar del hoy y no para verlo como ese enemigo contra el que luchar y el
tiempo… el tiempo se evapora dejando ese sabor tan tuyo que incita a “más”.
Mejor y más
feliz. ¿Qué más os puedo decir? si he visto el cielo arder gracias al apoyo de
tus pies, si ha cambiado hasta el color del agua y su sabor, si ahora todo es
muy púrpura, rosa o amarillo estrella. Todo.
Todo. Todo.
Todo. (Entóname a Pereza)
Todo simple“quédate
conmigo esta noche”.
Todo muy “o quédate
a vivir”.
Todo
demasiado “que total, quiero esto para siempre.”
Todo, porque el último
TODO es:...
"y a ti"
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Todo el mundo miente