Así te llamo cuando vuelvo a ser ella, para poder ser tuya.
Cuando vuelvo a ser simples ganas de vivir, buscando una felicidad que niego al recordar que ya van 23. Cuando olvido mi persona, los números, la moral, la razón, los juicios y su veredicto inapelable. Cuando solo soy un sentir en busca de su meta, una niña viva por su rebeldía.
Es duro ser el terreno de batalla de la cordura, que reclama gobernarme, contra la libertad, que lucha por volverme frágil.
Para mirarte sin cicatrices, con la piel sin durezas, con palabras perdidas en esa mirada que solo tú entiendes.
Frágil para olvidar, y volver a llamarte.
Es duro ser el terreno de batalla de la cordura, que reclama gobernarme, contra la libertad, que lucha por volverme frágil.
Para mirarte sin cicatrices, con la piel sin durezas, con palabras perdidas en esa mirada que solo tú entiendes.
Frágil para olvidar, y volver a llamarte.
Azul.
Perdóname la osadía de afirmar que soy capaz de escucharte desde dentro, como las cuerdas de tu guitarra. Leyendo la fogosa composición de tu locura, viviendo del tacto suave y preciso de tus dedos sobre mi longitud. Sabiendo que dominas la manera de elevar mi voz, hasta esas notas agudas por las que suspiro.
REcordanDO que SÍ,
REcordanDO que SÍ,
LA espera es lo que da sentido. MI,
Azul.
Consiénteme el posesivo.
Consiénteme que busque en tus iris el momento para perderme, y en tus estúpidos chistes; el momento de distensión. Consiénteme la cordura de entregarme en alma y no en cuerpo.
Consiénteme la realidad de fingir que no sé que tus letrascorresponden a mi prosa, y que la sonrisa solo es de admiración y no de sentimiento.
Consiénteme,
Joder.
¿No lo entiendes?
ConSIÉNTEME.
En sueños, sin mundo, dónde la droga de tu mirada es tan fuerte que paraliza el tiempo. Que le hace sentir, por primera vez, que esta vez sí ha perdido la batalla. Como yo, al permitirme notar el contacto de tus manos en mi mejilla, siguiendo el camino hasta el cuello. Como yo, con ese paso lento y seguro hasta la proximidad del paso que darás tú. Rozando tus labios con los míos, lentamente, haciendome recordar que no hace falta más.
Que no quiero más, no necesito más.
Contigo, no.
Azul,
contigo, sí.
Puedo y debo poner fin a lo que escribí mientras dormía(s).
Y despierta...
Consiénteme el posesivo.
Consiénteme que busque en tus iris el momento para perderme, y en tus estúpidos chistes; el momento de distensión. Consiénteme la cordura de entregarme en alma y no en cuerpo.
Consiénteme la realidad de fingir que no sé que tus letras
Consiénteme,
Joder.
¿No lo entiendes?
ConSIÉNTEME.
En sueños, sin mundo, dónde la droga de tu mirada es tan fuerte que paraliza el tiempo. Que le hace sentir, por primera vez, que esta vez sí ha perdido la batalla. Como yo, al permitirme notar el contacto de tus manos en mi mejilla, siguiendo el camino hasta el cuello. Como yo, con ese paso lento y seguro hasta la proximidad del paso que darás tú. Rozando tus labios con los míos, lentamente, haciendome recordar que no hace falta más.
Que no quiero más, no necesito más.
Contigo, no.
Azul,
contigo, sí.
Puedo y debo poner fin a lo que escribí mientras dormía(s).
Y despierta...
Dejo de ser ella.
Dejo de ser tuya.
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Rayden- TErmiAMOs y otros poemas sin terminar. |
...
Os podéis ir todos, junto con mi mierda moral, a tomar por culo.
Yo seguiré soñando.
Os podéis ir todos, junto con mi mierda moral, a tomar por culo.
Yo seguiré soñando.
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