Omito el "yo", porque no sé hasta que punto puedo tomarme la libertad de llamarme así, cuando nada es mío.
Ah. También soy gilipollas, y como buena poseedora de ese adjetivo, me limito a vivir en un mundo gobernado por unos defectos que me empequeñecen impidiéndome ser quien soy, y legislado por unas normas que hacen incoherente cada uno de mis pasos. Reconozco que a veces se me olvida, y entonces podréis verme regozijándomede cada una de mis mini-victorias, como si ellas pudieran iluminar la sombra de la realidad.
No pueden. Ni podrán, hay demasiada mierda que limpiar.
-------------------------------------------------
Gracias por fallarme otra vez.
Ya sabes que me encanta cuando hacemos cosas juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo el mundo miente