lunes, 29 de febrero de 2016

Entrada vacía.


O llena, según la mires.













Idiota, la que está llena es la Luna.


miércoles, 17 de febrero de 2016

Matemáticas (II): Resuélveme.

Soy el producto de un pasado que supo cicatrizar, un presente inestable y un futuro demasiado promedor.
Soy la suma de mis victorias, entre parántesis, elevadas a mi fuerza. Soy la lista de sueños cumplidos que se resta al resultado sin afectarle. Sabes porque ¿no?: Soy infinita.

Por eso, por mucho que me reduzcan, dividan mis recuerdos y hallen la raíz cuadrada de mi sonrisa, sigo ahí, como la utopía que no lograrán alcanzar.

Soy la puta "x" que no pueden calcular, y me encanta. Prefiero estar posada en este problema, demasiado dificil como para  resolver; y que así me recuerden como la que se escapó del axioma de la exactitud de las matemáticas.
 Entiende que aquí me siento en mi área, hogar de esa ecuación de segundo grado a la que pertenezco: con resultado positivo y negativo. Ambos excluyentes entre sí, puesto esto sí que es el mundo real:
  • (-1): Inténtalo y pierde.
  • (+2): Resuélveme y gana.

Y casi juraría que para ti es negativo, ¿Te lo explico?
Es lógico: lo sencillo es lo probable, como tú y la primera opción que indico.

martes, 9 de febrero de 2016

Estaciones

Tú, que te acercaste atraído por el renacer que prometía la primavera de mis labios. Que pensaste que podría acariciarte como la brisa marina, y liberar el verano que ansías. 

Tú, que me desnudaste como el otoño, sin quitarme la ropa, sino cada una de las hojas que cubrían el invierno que escondo, y que me definen como la mala del cuento.
Sí, la mala.
La caprichosa que actuará de manera egoísta para sacar de ti lo que quiera. La que solo te aportará una incoherente inestabilidad que probablemente te destruya.

O te hiele, transformándote en mi invierno...

Tú, sí tú. Ahora que ves todo lo que implico, perdóname por pedirte:

No te rindas ahora, quédate conmigo.



Tráeme tu primavera.

sábado, 6 de febrero de 2016

Intrascendente.

Lo soy.
Omito el "yo", porque no sé hasta que punto puedo tomarme la libertad de llamarme así, cuando nada es mío.
Ah. También soy gilipollas, y como buena poseedora de ese adjetivo, me limito a vivir en un mundo gobernado por unos defectos que me empequeñecen impidiéndome ser quien soy, y legislado por unas normas que hacen incoherente cada uno de mis pasos. Reconozco que a veces se me olvida, y entonces podréis verme regozijándomede cada una de mis mini-victorias, como si ellas pudieran iluminar la sombra de la realidad.
No pueden. Ni podrán, hay demasiada mierda que limpiar.


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" Házmelo fácil"- te pedí, y me regalaste una ecuación irresoluble.


Gracias por fallarme otra vez.

Ya sabes que me encanta cuando hacemos cosas juntos.