"La historia siempre se repite dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa"
Terminada la segunda, cuéntame una nueva.
Mi igual, de llama diferente. Que fácil fue convertirte en mi límite. Con tu ego, siempre rompiéndome los esquemas, haciéndome ver que solo era la diosa de un pueblo ateo.
Etéreo.
Como tú, Aire.
Subiendo al ring para bajar a Fuego, desmelenando la coherencia, convirtiendo en obsesión el dar respuesta a si te guiaba la cabeza o el corazón.
Y si fueron los dos.
Dime en cual estoy.
Impredecibles. Esa era vuestra carta, vuestro jaque mate, la solución positiva a la ecuación de mi futuro.
Perdida esa carta, ya no hay juego.
Y, a pesar de todo, solo tu brisa me recuerda qué busco.
Y, a pesar de todo, siempre serás mi fuego.
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Todo el mundo miente