Que os puedo decir de "Silencio, chilla"...
Hemos asesinado el valor de las palabras. Las hemos usado en demasía, sin calcular bien su significado, y su muerte es el resultado. Ante esta realidad, solo hay dos opciones posibles: unirse al común denominador y usarlas sin control ("total, solo son palabras"), o rebelarse y devolverles el significado.
No rebelamos, por supuesto.
No rebelamos, por supuesto.
"Y tanto lo hicimos, que las convertimos en prohibidas. Pero la prohibición pesaba menos que los latidos que desencadenabas cuando sonreías, y así, no me quedó otra alternativa que hacer de la línea de tu sonrisa, el punto y final de esa veda."
Son tuyas,
por favor,
no las pierdas.